TENDIENDO PUENTES ENTRE LOS NIVELES

La articulación entre niveles, es una preocupación y una necesidad de la institución y docentes, para lograr que resulte enriquecedora para todos los actores, especialmente para nuestros alumnos.

La articulación es una estrategia que favorece la continuidad pedagógica, avala el proceso de aprendizaje, porque creemos que los logros de cada nivel suman.

Esta intención enriquece la cultura institucional y a pesar de existir tramos distintos, historias diversas, funciones determinadas, da significatividad al “todo”.

Es a través de la institución educativa, por encima de la diferenciación de sus niveles educativos, que los niños y jóvenes acceden a aquellos saberes necesarios para participar en la sociedad. Es decir en los niveles se comparten:

  • el objetivo que los alumnos logren aprender;
  • la transmisión de valores que garanticen la formación de la identidad personal y de la nacional;
  • la construcción de comportamientos que permitan y mejoren la vida en democracia;
  • el desarrollo de capacidades básicas para adaptarse al mundo del trabajo.

Estas funciones se cargan de significados en el interior de cada institución y se concretizan en el PEI.

La articulación entonces, aparece como un reto permanente, como construcción ineludible en la institución. Requiere de acciones integradas y concretas para atender problemáticas en situación y para asegurar la continuidad educativa.

“Es un desafío para hacer y vivir…”

 


 
 

 

No tenemos en nuestras manos las soluciones para los problemas del mundo. Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos.” ...

Mamerto Menapace

“La sal de la tierra” 1977
(cuentos y reflexiones)

 

CONTINUIDAD PEDAGÓGICA ¿POR QUÉ? - ¿PARA QUÉ?

La idea de continuidad pedagógica aflora como una necesidad en estos tiempos de cambios entre los distintos niveles y es una condición de éxito del sistema. Los niveles, ciclos y regímenes especiales que integran la estructura del sistema educativo deben articularse a fin de profundizar los objetivos, facilitar el pasaje y continuidad, y asegurar la movilidad vertical y horizontal de los alumnos. “A lo que vamos es que el concepto mismo de “nivel” en los sistemas educativos hace referencia a una parte de un sistema de estratificación discontinua que implica jerarquía y legitima las diferencias de origen.” (Braslasky, citada en Aguerrondo, 2002, 59). Por lo tanto debemos buscar soluciones para mejorar el camino de nuestros alumnos. El sujeto que aprende, necesita y desea vivir su educación como un proceso continuo.

Por esta razón es responsabilidad de todos, que cada uno desde su identidad nos planteemos, tratar de que esos niveles o ciclos dejen de ser barreras y se conviertan en caminos lo menos traumáticos para los alumnos.

Es una necesidad la continuidad pedagógica , porque, nos permitirá vivir realmente la misión compartida como una responsabilidad de todos. Ésta, nos exige estrechar la colaboración y facilitar la integración de todos en los diferentes niveles.

Es una necesidad la continuidad pedagógica, porque, tenemos que educar para la esperanza, soñando que un mundo mejor es posible a través de la educación.

Anahir Martella
Maestra-Directora
Master en Educación

 


La necesidad de un proyecto de Articulación
entre los niveles de Primaria y Secundaria.

El oficio de alumno y el diálogo inter-generacional.

Existen dos problemas significativos, que vuelven más complejo el pasaje del nivel primario al secundario. En primer lugar, la debilidad del alumno ingresante en términos de las estrategias necesarias para enfrentar los requerimientos de las reglas predominantes en el nuevo nivel. Una tarea importante de socialización de la escuela es enseñar que incorporarse a cualquier institución social involucra los tiempos del extrañamiento, del aprendizaje y de la afiliación. Esto supone no explicitar las reglas mismas sino una suerte de “meta-regla”

El tiempo del extrañamiento, es aquél en que el alumno entra en un universo institucional desconocido, cuyas pautas difieren del universo conocido del que proviene.

El tiempo del aprendizaje o de resocialización es en el cual aprende las nuevas reglas inherentes al nivel y a la nueva institución.

El tiempo de la afiliación supone el proceso requerido para el dominio explícito y manifiesto de las nuevas reglas. La afiliación describe el proceso por el cual un sujeto es protagonista de una conversión que implica incorporar y apropiarse de modos de ser y de actuar, nuevos para él, pero ya rutinarios para los integrantes de la institución.

El ingreso al secundario coloca al alumno en situación de “extranjero” frente a la nueva cultura del nivel, de la institución y de sus actores. Los aprendizajes inherentes al oficio de volverse alumno del secundario remiten nuevamente a una relación iniciática. Es decir, tanto en el comienzo de la escolaridad como en el pasaje de un nivel a otro, el alumno tienen que socializarse como nativo de la institución.

La cuestión de la articulación no parecería circunscribirse exclusivamente al problema del pasaje, ya que ser alumno de un nivel no implica sólo el ingreso o la permanencia en el mismo, sino la permanencia en ciertas condiciones. Estas refieren no sólo al dominio de las reglas del juego propias del nivel correspondiente, sino a una relación del sujeto con el conocimiento que implique el dominio de los saberes específicos (y de sus lenguajes propios), así como de las formas de la adquisición de esos saberes. Se quiere resaltar con esto que la relación del sujeto con el conocimiento debiera ser una relación en sí y no como sí.

Esta situación remite necesariamente a que el problema de la articulación no se plantee sólo como inherente al pasaje, sino como una cuestión prioritaria en el interior de cada nivel. Ello implica, a la vez, una profundización progresiva de los conocimientos en las prácticas educativas, más allá de su complejización y articulación en las propuestas de los diseños curriculares, así como una articulación rigurosa de los ciclos de cada nivel.

La extensión de la obligatoriedad en el marco de políticas educativas democratizadoras, a excepción que se reduzca sólo a una expresión de deseos, reclama no sólo la investigación de la problemática de la articulación desde el conjunto de actores involucrados en ella, sino también el desafío de diseñar propuestas en los aspectos organizacionales y curriculares de los diferentes niveles involucrados.